El dinamismo general de la economía, junto a los mayores ingresos ligados a la vivienda, ha permitido a las comunidades autónomas ingresar 97.648 millones de euros en el último ejercicio fiscal que acaba de liquidarse (2005), lo que supone un 13,2% más que el año anterior y cinco puntos por encima del aumento del PIB nominal.
Los datos de liquidación del año 2005 ofrecidos ayer por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, muestran un sistema en el que las comunidades de régimen común (todas menos Navarra y Euskadi) siguen siendo muy dependientes de los recursos que les transfiere el Estado central, del que obtienen el 79,1% de sus ingresos. Estos recursos (en donde están incluidos los tributos compartidos con el gobierno central) han crecido un 11,3% permitiendo obtener de ellos 77.246 millones. Sin embargo, el mayor dinamismo ha procedido de los tributos recaudados directamente por las propias comunidades, cuya aportación ha crecido un 20,8% en un sólo año, obteniéndose 20.402 millones en 2005. Es de destacar el espectacular aumento de los ingresos derivados por el impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP) y el de actos jurídicos documentados (AJD), un 23,1% más en su conjunto, tributos que se aplican mayormente en la compraventa de inmuebles.
Algunas comunidades, como Murcia, Baleares y Canarias, aprovecharon para elevar el gravamen de este impuesto (al 7%, el máximo permitido) para sacar más partido del ‘boom inmobiliario’.
En cuanto al impuesto de sucesiones y donaciones, también cedido a las comunidades, se disparó su recaudación (un 21,2% más), hasta los 2.290 millones, pese a que es un tributo que está en fase de eliminación gradual en gran parte de los territorios. Según el Ministerio de Hacienda este aumento de la recaudación en la liquidación fiscal de las herencias tiene que ver en parte con el incremento del valor de los derechos y bienes que se traspasan, muchos de ellos revalorizados conforme aumentaban los precios de la vivienda.